sábado, 8 de enero de 2011

De privilegios y privilegiados




Un axioma es la expresión de un juicio que no necesita demostración, por ejemplo: “Detrás de un castrista se esconde un oportunista” Este juicio no necesita mayor explicación, sin embargo, en el caso que me ocupa, si vale la pena reflexionar al respecto, porque nos llevaría a concluir que cualquier movimiento que haga el gobierno de Cuba que afecte en lo más mínimo las ventajas que tienen sus seguidores por encima de la mayoría del pueblo cubano, pondría en peligro su seguridad, incluso su existencia.

Los gobiernos de corte totalitario, incluyendo al cubano, basan su estrategia existencial en la envidia; usan este sentimiento humano como herramienta necesaria para su existencia. Existen varios axiomas que demuestran hasta donde es capaz de llegar el individuo con tal de sentirse por encima de los demás. Una muestra de eso por ejemplo, es cuando decimos: “Son capaces de dar un ojo por ver a los demás ciegos” o “En un país de ciegos el tuerto es el rey” los anteriores no son axiomas sino, aforismos, porque entran en el campo de lo figurativo, pero muy bien pudieran serlo porque no se necesita mucha explicación para entenderlos.

En un estudio realizado por estudiantes de la universidad de Harvard hace algunos años, se descubrió que la envidia generalizada no solo afecta a los países pobres, sino que es una especie de epidemia que afecta a toda la humanidad. Se comprobó que dondequiera que coexistan más de veinte individuos la envidia es como la carcoma, que no para de alimentarse. En centros laborales de todo el país se hizo un experimento que consistía en probar hasta dónde puede llegar la envidia. Se le preguntó a varios obreros si querían que le aumentaran el salario y todos respondieron afirmativamente, sin embargo, cuando se puso a prueba su personalidad envidiosa la inmensa mayoría dio positivo. Se les dio dos opciones: ¿Te gustaría ganar cien mil dorares anuales mientras que el resto de tus compañeros ganan doscientos mil, o querrías mejor ganar cincuenta mil y que el resto gane veinticinco mil? ¡Todos se fueron por la segunda opción!

Como decía George Orwell “En un país gobernado por totalitarios, la simple posibilidad de tener un pedazo de pan más grande que el de los demás, se considera un privilegio” En Cuba los privilegiados son todos aquellos que se sienten por encima de la escasa multitud que los rodea. Cualquiera puede considerarse un privilegiado, incluso, un simple barrendero puede considerarse como tal si el carrito de basura que maneja es mejor que el de los demás.

La casi multitud de ex altos dirigentes castristas que viven como refugiados en el exterior es la prueba más contundente de que el castrismo no posee base ideológica de ningún tipo, y que su existencia está contrayéndose y al punto de estallar cuando su masa dirigente histórica llegue a cero.

Si el ex Canciller Roberto Robaina, Felipe Pérez Roque y el ex vicepresidente de los Consejo de Estado y de Ministros Carlos Lage, tuvieran la posibilidad, sin riesgos, de abandonar territorio cubano, como aparentemente la tuvo el Sr. Pedro Álvarez Borrego, ex presidente de la firma Alimport y Zar de las relaciones económicas entre Cuba y Estados Unidos, se convertirían en enemigos acérrimos de la dictadura, incluso más peligrosos que cualquiera que lo haya sido por los últimos cincuenta años.

¿Cómo puede sobrevivir el sistema cubano una vez la nomenclatura se vea en la obligación de dejar de ser garante oficial de la subsistencia nacional? Cuando esto ocurra, y parece que en este año comienza a suceder, entonces el equilibrio social cubano, que siempre ha estado sobre una especie de cuerda floja, perderá su base y caerá sin remedio. No es posible mantener un gobierno totalitario sin totalitarismo laboral, cuando el pueblo deje de sentirse dependiente del Estado ¿Qué significado tendría pues apoyar al Estado? Los polos sociales se invierten y entonces pasarán a sentir envidia del pueblo independiente, los dependientes del Estado.

Raúl Castro quiere hacer un socialismo competitivo, funcional y efectivo, y eso es imposible, porque históricamente no funciona así, no funcionó nunca, y cuando quisieron hacer que funcionara fracasó. La muestra de que el simple hecho de creer que con cambios cosméticos el castrismo puede salvarse es un grabe error, el simple hecho de que para comenzar han tenido que depurar el relevo es la prueba de que al gobierno de Cuba lo único que le interesa es mantenerse en el poder hasta tanto duren sus octogenarios líderes ¿Puede tener éxito un sistema social acabado de renovar con dirigentes que estás a punto de terminar? “Raúl ha tomado con calma algo por lo que muchos han perdido la cabeza, sin duda es que no ha captado la gravedad del problema” (Axioma).