miércoles, 13 de enero de 2010

Se Judió



"La razón se compone de verdades que hay que decir y verdades que hay que callar".
Ya la noticia se filtró…una tonga de informantes que prefieren mantener el anonimato dicen conocer al contratista preso en Cuba. Su nombre es Alan P. Gross, un experto en desarrollo internacional de 60 años. Fue a Cuba a entregar piezas y utensilios de computación y telefonía a los grupos Judíos dentro de Cuba, gentes que no tienen nada que ver con política.

El gobierno de Raúl ha formado un huracán en un vaso de agua con el susodicho “contratista” ¿Por qué? Simplemente busca una carta de cambio que le sirva para negociar con los espías castristas. Esta vez se ha trabado el dedo en la puerta. Aparentemente le hace falta una carta más gorda…un simple contratista no alcanza para intercambiar por cinco aprendices de terrorismo.